¡Buenos días!
En este blog, quiero exponer cómo entiendo yo el proceso de terapia. Y para ello, quiero empezar hablando de una técnica japonesa, el kintsugi.
El kintsugi es una técnica que utilizan los japoneses para reparar piezas de cerámica cuando se rompen. Las pegan y rellenan las grietas con polvo de oro.
Las personas, como las cosas, también nos rompemos. Las experiencias que vivimos en nuestro día a día, los miedos, el no entender algo que ha pasado, hacen que nos salgan grietas, que no se ven, pero que sí están.
Las cosas que nos pasan nos marcan y hacen que reaccionemos de una manera o de otra.
Hay maneras más saludables, que nos protegen, y otras maneras que a veces agravan el problema y enquistan la situación.
Esas grietas son como heridas y la terapia trata de curar esas heridas. Y al igual que cuando tenemos una quemadura, las curas duelen y nos resistimos a ello porque sabemos que nos va a doler. Pero ese dolor es transitorio y necesario, es el que permite curar.
La terapia, como el kintsugi, pretende reparar esas grietas. No se trata de cerrarlas y olvidar que eso ha pasado alguna vez, sino de aprender de esas experiencias, salir reforzado, y lejos de disimular, ensalzar.
Como siempre digo, tú haces el camino, yo te ayudo en la búsqueda de resolución de los conflictos.
¡Gracias por leerme!
Un abrazo, Lorena